martes, 31 de marzo de 2009

The Wrestler


Hay dos aspectos básicos que hacen de este filme uno de los mejores que veremos este año. Primero, la actuación de M. Rourke, que en rigor no es actuación pero que de igual forma construye un carácter lo que en sí vale lo mismo, lo segundo es la dirección de Aronofsky que construye en relato con mano invisible, lo que confiere una cualidad semi documental al personaje del luchador. Se dice que la mejor dirección es la que no se nota y aquí hay un caso patente.
Tenemos entonces una combinación casi químicamente pura: una actuación que no es tal y una dirección que no se nota, todo esto confiere a la película una energía y una humanidad que trasciende lo cinematográfico, convirtiéndola en una suerte de crónica de un antiheroe o héroe caído, un gran retrato de las miserias y fortalezas del hombre, miseria en cuanto a su rol de padre ausente e indolente que solo se preocupó de su vida y "carrera" faltando de modo absoluto a su rol de progenitor, y fortaleza en cuanto a desarrollar su oficio con rigor y dedicacion casi religiosa, convirtiendo su vida en algo casi inexistente mas allá del ring, una existencia vaciada en la lucha libre, todo gira en torno a ella y todo esta relacionado de algún modo con ella, incluso el amor, ya que Cassidi ( M. Tomei ) a su manera también es una luchadora, que noche a noche sube al escenario como a una arena de combate a ofrecer un espectáculo, el personaje de Rourke se describe a si mismo como " un pedazo de carne vieja..." un ser que desprecia el dolor físico y menoscaba noche a noche su cuerpo hasta convertirlo en algo parecido a un despojo, es aquí donde aflora lo único que le queda, su espíritu y dignidad que es lo que confiere calidad "humana" a nuestro ser físico, el espíritu y la dignidad que se alzan hacia el final para dar la ultima y decisiva batalla, la que confirma la superioridad del espíritu por sobre una carne que envejece y corrompe, el cuerpo es solo el envase que contiene el verdadero "ser" humano.

José Luis A.