viernes, 8 de agosto de 2008

Love Story


Si bien no se puede hablar de una década perdida, la del sesenta no fue prolífica en melodramas como su antecesora, que casi estuvo dominada por títulos iconográficos del genero sobretodo de la mano del alemán Douglas Sirk, en realidad The back street en 1961 con la incombustible Susan Hayward es una de las pocas "joyitas" dignas de atención.

Es en este panorama que irrumpe con inusitada fuerza en 1970 Love Story de la mano del canadiense afincado en hollywood Arthur Hiller y con guión de Erich Segal, basado en su propio libro, una novela bastante menor que creció en el cine gracias a varios factores dignos de atención.

Una historia con el componente trágico de toda gran historia de amor, con un algo del Romeo y Julieta que sin plagiar evoca y sin decirlo cita, actuaciones muy sinceras y con una gran química entre los actores y el elemento sin duda más importante de todos a mi juicio: La banda sonora. Una partitura de desgarradora belleza que inunda todo el filme y nos transporta hacia el interior del drama planteado, un amor signado por la desdicha y la muerte y que no da salida posible al dolor, al final Oliver queda igual de solo y desamparado que al principio con el agravante de que ahora es un viudo inconsolable y destruido por la perdida.

Años después y en vista del éxito se quizo repetir la azaña con una secuela llamada Oliver, la que resulto un completo fiasco y un merecido fracaso de taquilla, como decía el maestro Hitchcock "para que repararlo si no esta roto".

Love Story a 38 años de su estreno se alza como un icono del genero y un melodrama que ha envejecido con toda la dignidad que da el haber sido LA película romántica por excelencia en su época y un ejemplo de cómo se filma una gran historia de amor.


José Luis A.






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