Astor Piazzolla contaba una anecdota que le sucedió en Buenos Aires, subiendose a un taxi el chofer al reconocerlo le dijo " por favor bajese maestro que yo soy de troilo", la contaba con humor pero creo que en fondo le dolía, sobretodo porque además de haber sido bandoneonista de troilo sentía que lo que el hacía era tango, un tango nuevo pero tango.
Esta dicotomía entre tango y Piazzolla es un sentimiento compartido por muchos tangómanos en el mundo, a mi no deja de sorprenderme ya que si uno escucha con verdadera atención a Piazzolla descubrirá tarde o temprano que lo suyo era tango, un tango que germina y sin perder en ningún momento su raíz florece incorporando elementos de la musica clásica y el jazz, un tango que permeó a los estudios del maestro en París y a su propia convicción de lo que era en definitiva la "musica porteña".
No sólo creo que suene a tango porque la melodía la guía un bandoneón sino porque va fundiendo permanentemente tango y milonga hasta en las piezas más "despegadas" del sonido tanguero original.
Por qué era tango lo de Piazzolla, porque el tango es la base y la estructura de la melodía, porque el "sonido" tango o milonga es lo que impregna toda la pieza musical, porque en sus obras se siente poderosamente la musica urbana y sus personajes y de AHI se expande hacia otras latitudes pero sin perder ni apartarse un ápice de su origen, no es jazz ni es musica "docta", es el tango en alas de un músico excepcional que supo dotarlo de una estructura musical que sin hacerle perder su esencia lo saca de su envase para hacerlo crecer y dotarlo de altura clásica, sólo una gran música resiste la prueba y el tango la resistió, sólo un genio pudo llevar a cabo esta empresa y Piazzola lo logró, gracias a su arte el tango se puede tutear con la musica de todas las épocas y de todos los estilos, a Piazzolla le debemos la herencia musical de latinoamérica al mundo: el tango.
José Luis A.
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